Pretendí jugar con la utopía de pensar que a mis fantasías, las alimentaba tu delirio…tu deseo.
Te entregue el color del alba para que lo enredaras, y a cambio me diste una aurora boreal de párpados adormilados en la tibieza de mi almohada.
Te entregue el color del alba para que lo enredaras, y a cambio me diste una aurora boreal de párpados adormilados en la tibieza de mi almohada.
Te ofrecí el reflejo de un sueño en el volcán de mis ojos,
Te propuse nadar en mis aguas profundas y saladas,
con placeres y dolores de vidas atormentadas.
Entonces tendiste un puente infinito y etéreo, desde tu piel a la mía, desde mi frío invierno a tu abrumado verano…
Te obsequie el rojizo amanecer de mi vientre, dormido en tu cama blanca.
En el, trazaste el mapa de tus sueños más profundos,
con mágico pincel de lenguas y humedades.
Y me enrede hasta la fisura misma de las líneas de mi mano,
unida a la tuya para no perdernos en el destino atormentado de océanos.
unida a la tuya para no perdernos en el destino atormentado de océanos.
Y me reconocí amante
Y amor…
Y pasión
Y ahora, adiós.
qué bellas tus palabras, que inmensos los oceanos, cómo se puede medir el amor...dónde acaba el cielo y cuando despertamos de los sueños...hasta pronto compañera. Te voy a echar de menos esta semana que ando de viaje...Pero los enamorados, siempre vuelven a encontrarse, en medio del océano o en la mitad de tus dudas.
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